Una de mis mejores emprendedoras me dijo una vez: “Hablas demasiado.” Tenía razón. Desde entonces, he cambiado la proporción: dos tercios escuchando, un tercio hablando. En las negociaciones, el silencio es mortal y poderoso. Intenta entrar en una sala y no decir nada. La otra persona no podrá soportarlo. Aprenderás todo sin decir una palabra.
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